Ya saben, mi abuela con sus delirios mentales me encargó de publicar esto y con la libertad de que son libres de pasar sin ver.
No necesito un rayo de luz para ahorrar sombras
sombras que por tiempo nublan caminos que no tienen dueño, ni cara, ni nombre real
que de sueños se transforman en pesadillas que saben a lágrimas, que tan rápido se forman
y con suerte tan rápido se van.
Solo falta la luz de unos ojos que desvanescan con claridad aquellas siluetas que nunca se alcanzan
solo falta abrazar un rayos de luz que esfumen incógnitas falsas
un rayo de luz quizás, para olvidar únicamente espejismos solitarios
rompiendo la vida ilusoria de dos con la muerte de uno
y así volver a comenzar.
Le vene di lucretia- "La morte degli amanti"
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